El pequeño ser de piel alba, mirada gélida y sigilosa se formo en un universo paralelo al usual, donde la imaginación se convirtió en su edén favorito; y donde la observación fue aliada y amiga crucial.
En la época primaria de su vida fue arrobada por sus dibujos que adquirían vida, y en su mente le hablaban de forma extraordinaria, convirtiéndolos en sus acompañantes de juego predilectos, empero sus muñecos le causaban misterio y terror.
Esta pequeña, de ser meditabundo e introspectivo, se formo con pequeños trozos de armonía, inquietud, asombro con partes de silencio y soledad.
Laura creció vertiginosamente en su casita de cristal, convirtiéndose en una depredadora de símbolos de amor, absorbiendo lo que más podía de sus seres queridos, pero aun asi, ella albergaba tantas preguntas sin respuesta alguna, solo habitando en un ir y un devenir constante, donde el mundo cambiaba rápidamente sin esperar la adaptación de la porcelana, pero a pesar de todo… su sendero se tornaba cada vez más confuso y sorprendente...
Así transcurrieron años y Laura se enfrasco en la lectura para hallar todas esas incógnitas que recorría su vida, la mayoría de ellas circundada por preguntas inasibles para su pequeño cuerpecito expectante de conocimiento, ocasionando diferentes pensamientos, sentimientos y emociones frente a la perspectiva de ver el mundo. Inicio la deconstrucción de su realidad objetiva y fue transmutándola a delirantes sucesos de ensueño, formando una autenticidad simultánea e ininteligible para una visión tradicional.
Sin embargo su fiesta del pensar transgredió a las realidades de carácter gregario, a razón de continuas incoherencias e inconexiones, donde su vida había cruzado los límites de lo determinado debido a su curiosidad vehemente, habiendo transgredido las puertas de la curiosidad, ocasiono conflictos intrafamiliares donde discrepaba continuamente con los pensamientos tradicionales y arraigados de los mismos; teniendo que cerrar una puerta de su imaginación, para abrir nuevas puertas y entrar a múltiples posibilidades, dirigiéndose con pasos firmes hacia un trayecto infalible.
Posteriormente su vida se tornaba tan plana y neutra, que sus emociones se apaciguaban y las razones carecían de sentido. Los lazos serian fácilmente anodinos y los atisbos serian tan ambiguos que resultarían extenuantes... Pero de improviso, misteriosos torbellinos de felicidad afloraban la existencia de la muñeca de cristal, explayándose en una energía que perduraba en instancias indefinidas, congelando lo insoportable y desterrando lo insufrible, Ampliando sus fronteras y sueños para realizar lo inexplorado, sin importar lo arduas y complejas que pareciesen.
Ella seguiría en su discurrir que no hallaría finalidad alguna, más que un intento de felicidad precaria y euforia momentánea, que llenaran por completo su realidad existencial. Y así sigue la muñeca danzando en el cosmos, viajando en su travesía cósmica hacia lo finito e infinito.
