Caminante de ojos,
trapecista de destellos,
eres la posible Fugitiva,
que colecciona los reflejos.
Exquisita visión
en medio de los espectros en convulsión.
Mueves la pupila al son del espectador,
eres mutante, entre ojos que te ven,
pero no porque te miran con distorsión,
si no porque escrutas su indómito corazón.
Te provoca ansiedad, y no lo puedes dudar
ya que te dan unas ganas desaforadas de ver más.
Intentas mirar de nuevo,
al compás de su movimiento neuronal,
pero sólo logras llegar
a donde ellos te permiten avanzar,
por ahora sigues danzando
entre hadas de irrealidad.