martes, 6 de marzo de 2012


Las formas precarias y difusas se funden en una constante correlación de linea, que siguen las vértices ingenuas de un devenir inconstante y arbitrario, las ojos chocan en disonancia espacial, las miradas no se tocan mas que por la levedad de los tonos, insinuados, sin muchos matices, teletransportan a una conexión profunda con la relación de la figura y el espacio, todo  mencionado a partir de un trazo nervioso y esquisoide, aludiendo proporcionalmente a un estado imaginario y caótico de la mujer meditabunda que mira con los ojos a los ojos ...