lunes, 20 de agosto de 2012

Resonancia cósmica de gea

La apoteosis de los elementos se ven transgredidos por el miedo humano, la agonía y la vacuidad del mal pensante se distancia de los paraísos de deliquios inconmensurables naturales. Ese lugar cercano y ameno donde la fluidez, la belleza y la perfección siguen la resonancia de la sincronicidad del universo. Pero el hombre envuelto de avaricia y apretujado por el miedo, desgarra la esencia divina para dar un paso al fango y convertirse en un autómata perdido y estandarizado, se extravía de las delicias elementales y no recuerda la delicadeza cándida del aire, la efervescencia de la llama del fuego o el discurrir paralelo y amorfo del agua y la siempre solida y atractiva madre tierra. Nos hemos perdido y debemos regresar antes que el conjuro del portal se halla diluido.