En estos tiempos donde se embotellan los corazones y se peinan los
animales y se envuelven las fantasías en bolsas, debo rugir o saltar para
mostrar mi jocosa inconformidad, viendo como los famosos expanden su narcisismo
entre metáforas hipnotizantes y pretenciosas envolturas, burbujas hechas de
nada, burbujas que explotan en efímeras instantáneas de hedonismo y gusto
insustancial dejando poco tras los insondables laberintos del misterio de la
vida o la infinita sabiduría que se esconde tras el descenso de un atardecer
que se esconde tras una noche sombría que trae un nuevo renacer, el amor debo
decir no tiene forma ni contenido siempre ha sido será y seguirá siendo más
allá de la vida y la muerte.