Vértices en direcciones paralelas
se contonean al son de la incertidumbre
las hebras famélicas se alargan y se achican,
buscando las supuestas fases de lontananza.
La esfera velluda gira copiosamente por los senderos del universo
escudriñando las huellas del devenir inconstante,
un torrente de luz se conmociona por la estampida de asteriscos,
la bóveda celeste se sobresalta gritando estridente
ante el espasmo de los círculos afilados,
el movimiento se camufla con el temor vacilante de los astros,
el sosiego aun no tiene cabida,
diversas ranuras abren paso furtivo al cosmos
dejando vislumbrar el estratagema inextricable.
La esfera agujereante corre aturdida en busca de la cripta de la imaginación,
pero colapsa ante el encuentro inesperado,
la irrupción del asterisco sufre una contracción que transfigura la biosfera.
Ineludible explosión de arterias que rayan de modo férreo el destino …
pero finalmente comprendo que es solo mi destino, ausente de libre albedrío
por que la causalidad ya escondió mis crayolas …