Sabanas raídas cubriendo los miembros desprotegidos,
la precipitada cercanía acechando debajo de la insondable oscuridad,
los cuerpos amortiguados prosiguiendo la pesadez de la noche.
Surge impasible, el encuentro fortuito de sus rostros,
la carne carmesí añorando el vestigio de la sangre azul.
Los labios expectantes esperando el nexo…
Irrumpe un juego de besos en medio de piruetas de infantes,
la seducción solidificando la atmósfera gótica, entre trocitos de amor
los ósculos frenéticos, detonan la fluencia erótica de energía intermitente,
los miembros se contraen y se expanden de forma repetitiva,
la fricción acelera la percepción
y los fluidos crujen ante el contacto incandescente.
Los ojos caen en el edén de los excesos,
mientras los vellos se yerguen de excitación,
las manos aceleran su liberación en la suavidad de los cuerpos amorfos,
intentando dar forma con movimientos circulares,
los movimientos sutiles se cuajan en la suspensión de la plastilina abigarrada,
veteados pigmentos, se tiñen de mismidad,
y se escudriñan llegando de nuevo al frenesí bicolor,
la calidez cede en la epidermis vibratoria.
El encuentro desprovisto de lujuria, profundiza en la candidez del instante,
la contorsión mórbida sigue la sucesión de los ritmos cardiacos,
múltiples jadeos surgen imperceptibles con el aroma lúgubre,
pum-pum-pum sístole!!! corren los dedos en medio del sendero de las venas
pam-pam-pam diástole!!! la penetración ilusoria engañando la realidad ficticia...
La cinética engatusa el magnetismo intangible
mientras la energía se esparce y se tergiversa
en medio de la ululación del placer;
sensaciones alteradas repercuten en las ideas grisáceas
pronto llegan al desmoronamiento del orgasmo
y la plenitud se desliza en descenso,
profunda caída, agujero negro que se multiplica en infinitud de escalas,
es el clímax con brillo impoluto.
La ausencia de colores, se desgasta en la soledad distante,
la esencia es arrobada por los minutos de inefable deliquio,
mientras diáfanos momentos sufren un indudable paroxismo espiritual
todo se unifica en el andrógino etéreo.