domingo, 4 de septiembre de 2011

Sinestesia anestesiada

Arrobada por un eclipse solar me contengo en arrecifes de Sinope
caigo aletargada en un diluvio de rosas afrodisiacas
que rozan mi piel en una fricción aromática.

Mientras persisto en la encrucijada vivencial,
tomo la afrenta en la profundidad de mis entes cromáticos,
destrozo la ingenuidad almidonada
y cruzo el portal de pétreas impresiones,
bullo entre constelaciones cálidas que expulsan seres de neón,
mientras hierven y ascienden en violácea contorsión,
los pensamientos naranjas surgen  huracanados
y se desplazan tormentosos en la lluvia chisporroteante que muta en gris
cayendo en la alcantarilla del pudor que fornica con el café terroso de las paredes
cercenadas por las pulsiones indómitas de fuegos encendidos.

La llama refulgente chispea amarillos y rojos
fluctuante quema el entramado mientras penetra las grietas imaginarias,
la sensibilidad se pierde en un suspiro sinestesico,
mi cuerpo queda anestesiado en un ritual de tánatos asesinando a eros…
y vivo muriendo, muriendo vivo…