jueves, 13 de marzo de 2014

Un ritual de lluvia , Jueves 13

13
Es trece y como es usual la lluvia arremete con ímpetu, su furia moja mi espíritu y me avalancha a la levedad que aún no alcanzo, pero sigue goteando y el tiempo no cesa.
Con mi canasta de sueños voy tomándo las gotas que se diluyen como un líquido excelso, líneas unilaterales de cristal que se expulsan del cielo, exiliadas de la suavidad celeste, se encaminan a gaia para purificar, atienden mi llamado, me rodean con invisible magnetismo, mientras me entrego a la contemplación de la maga lluvia y desde mi hierática silla busco domarme con su liviano fluir, con su discurrir sin tensión, sin aferrarse se encamina a la transformación.
El ritual de ablución ya está hecho y aprendo de lo que veo, mi húmeda piel se somete ante la dictadura del silencio, donde reflejos de ciclopes se filtran en el agua con colores prismáticos que me llenan de asombro, ojos con múltiples contenidos mágicos, que me dan señales de tranquilidad, me concentro en lo que veo y al mismo tiempo puedo ver mi interior, pienso en la naturaleza, ella que se muestra sagrada y agreste, dualidad que intrínsecamente la hace más perfecta, pero de nuevo hoy, 13 buscando el camino donde las situaciones me conectan con leyes que me acercan un poco a la divinidad cósmica. Lo abstruso se va desvaneciendo en un gris de nieve ...