martes, 4 de febrero de 2014

Vida a la muerte

Eros y tánatos en una batalla nupcial, acarician el ojo sideral que incuba la semilla prenatal, crece y el feto absorbe la contienda anímica de su entorno que chupa la dualidad alquímica de espacio, una sospecha se rectifica en el aire, un materialismo corrosivo desgasta el diminuto cuerpo, desgastado se desdobla en su etéreo envoltorio, apoderándose de sí una angustia, es la perpetua ausencia espiritual. Su materia se desintegra y su energía se transforma en una visibilidad ubicua. Se hace ojo a merced de la humanidad