En horas de la mañana ella creaba pasos en la acera discontinua, caminando con desdén en el asfalto que redoblaba con memorias inexploradas, hasta que sus ojos ascendieron para visualizar a un hombre que venía con precipitación, mientras los lados opuestos se hacían cada vez más estrechos, logro alzar el mentón con firmeza, sin evitar la atracción diminuta que se estaba gestando, con extraña curiosidad... lo vio… lo miro y el ya la estaba mirando, esa mutua correspondencia la lleno de complicidad y se sonrojo, mientras entonados en la sinergia del instante, los 4 ojos embelesados no parpadeaban, fijamente se escrutaban sin perder la dirección.
Pero ella no iba a ser tan evidente y no logro soportar la fuerza decisiva de los grandes ojos fijos dejando caer el rostro instintivamente, mientras el furor de la emoción la hizo erguir nuevamente... aunque él ya había desaparecido.
Sin menguar el ímpetu que la albergaba dio vuelta atrás… y en la distancia noto la figura que se iba desvaneciendo, el extraño magnetismo los hizo girar sincrónicamente, el torso de sus cuerpos habia dado una vuelta casi mimetica, cuando los rostros chocaron en la lejanía y se amaron en el lapso de 13 segundos.
La nostalgia y los profundos ojos fijos, se miraban en un distancia de escaso tiempo gelatinoso... No podían robar más de la escena, debían continuar… la extraña euforia se perpetuo con el último vistazo entrecruzado, para que ella girara con una sonrisa y lo abandonara en el callejón sin personas, desapareciendo totalmente del campo visual, el enigmático sujeto que tal vez jamás pueda hallarlo, quedo inscrito en la ilación de sus palabras, y ella aun no hubiera deseado dejar de escribir la forma indescriptible en que se miraron.