sábado, 23 de julio de 2011

Antípoda de un andrógino

Buscando un espectro en la distancia
doy vueltas para intentar coincidir,
su voz perdida en los bucles de un sueño
mientras Morfeo al otro lado da un chasquido de dedos,
devanando las difusas esperanzas,
percibo la extraña diacronía de mil agujeros
estropeando una ilusión.

Poseo desproporciones en este intrincado encantamiento, quiero llegar precipitadamente a la hibernación de mi corazón congelado y ceder finalmente al intercambio de un sentir sin recuerdos…

El aceleramiento de un idilio que ni siquiera cede a un ilusa fermentación, no coincide con el anhelo de depurar estas sensaciones que tajan con prescripción mi alma hierática, la infusión de palabras provocan un desenlace heráldico en nuestro encuentro desprovisto de evidencias, el cortejo finaliza...Y un cimbronazo de nauseas irrumpe, merodea con viscosidad en medio de los verbos intangibles, las migajas de flirteo siguen en los recovecos de mi memoria, flotan como cenizas intentando reconstruir un pedacito de hoja, allí, donde residía un andrógino etéreo.
Tal vez se aproxime un fluido vomitivo que detone la verdadera estrategia.